un
cadete nunca observaba el ocaso
porque
vivía acosado de eso
y
solo veía el mar para nadar sin navegar y
sin
sentido igual vivía sin causa
ese
marino solo observo el ocaso cuando dejo la escuela
y
se quedo todo plomo y solo veía
mar
sin cielo sin saber que los dos son compañeros
y
siempre están juntos en busca del norte
pintar
un ocaso solo le pones
una
lupa camuflada para ver lo quieres y
quien
sabe si es más naval solo ver tu ocaso y no
el
de tu ser y el mismo no sabe que es
eso
lo verás cuando tu ocaso monocromático te
matice
lo que haces para los demás
eso
es para un poeta el ocaso que no iluminaba
el
reflejo de tu sentimiento
por
eso el húmedo ocaso
no
te da frio sino te
quita
el calor y debes
avivarte
y no congelarte
el
quiso acurrucar el ocaso porque
solo
necesitaba un abrazo y no un trago helado
para
que ese hielo no tenga que
enfriar
el estomago cargado
calentar
mi corazón con un
abrazo
del cerebro y
los
dos bailan con los músculos
en
busca de una canción
la
que tu escribirás y cantarás
sin
lápiz ni voz
solo
canta con el corazón y
la
armónica de tu ser sonará como corneta marinera
Toño Bellido Ugarte ©
27.05.2012
Ø Muchas cosas para decir que
ese mar que deje en el Callao se quedo ahí descansando en mi historia.
Me parece más elegante que decir que
no me gusto dejar de ser marino.
Salieron sentimientos en cuatro
poemas, que creo que ya estarán más tranquilos viendo el amanecer.